12 mayo 2012

Evangelio del día y reflexión, 12 de mayo




Evangelio de nuestro Señor Jesucristo 
según san Juan 15, 18-21

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que Yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes.
Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.

Compartiendo la Palabra: 
Por Dominicos.org

Seguros de que Dios los llamaba a predicarles el Evangelio
Se nos narra los acontecimientos de los viajes misioneros de Pablo para enseñarnos, en primer lugar, como la fe iba creciendo, propagándose y robusteciéndose en el corazón de los hombres. Pero sin ninguna duda el protagonista de este día y la enseñanza viene de la mano del Espíritu Santo. Espíritu que es el que va marcando el destino de los Apóstoles, el que corrige el camino y los guía. Hay un misterio oculto en la llamada de los pueblos y las naciones que se escapa a la mirada humana. Resuena en nuestro interior las palabras del profeta Isaías “mis planes no son vuestros planes, mis caminos no son los vuestros”.
¿Tengo yo la certeza en mi corazón y la confianza de que todo aquello que se me permite realizar o todo aquello que se queda por hacer es obra del plan del Espíritu Santo en mí, del designio de Dios?La verdad es que muchas de nuestras frustraciones personales vienen por ahí, ya que queremos hacer coincidir nuestros proyectos con los de Dios y no al contrario. Ojala Dios nos conceda la gracia de actuar como Pablo que, ante la visión del macedonio, sin dudarlo se dirigió a aquel lugar.
“Y todo esto lo harán con vosotros a causa de mi nombre”.
El nombre de Dios es Jesús, por eso sus seguidores lo compartimos con Él y ahí es donde reside nuestra alegría completa, como en otro lugar nos dice San Juan. Ante este Evangelio solo nos brotan preguntas, como un examen de conciencia espontaneo. Nunca más lejos del querer buscar el sufrimiento, la dificultad, el pecado, el enfrentamiento en nuestra vida. ¿Cómo es de radical mi seguimiento? ¿Guardo su Palabra con toda la fidelidad que me es posible, para que den buen fruto mis acciones? ¿Anuncio tu nombre, Señor, con valentía y verdad, o lo amoldo tanto que deja de tener fuerza?
Nos dijo el Papa en la homilía de la Vigilia Pascual: “El mal se esconde. Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe sólo en virtud de la negación. Es el «no»”. Que estas palabras iluminen nuestro caminar en el ser fieles al Nombre de Dios, a Jesús.

MM. Dominicas Monasterio Sta. María la Real
Bormujos (Sevilla)